jueves, 19 de marzo de 2009

Reflexiones sobre la Parasha

Parashat Ha-Shavua: Vaiakhel ויקהל - Pkudei פקודי
Texto y comentario del Rab. Ari Oliszewski
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Crease o no… parece que todo se puede
Esta semana leeremos en al Torá las últimas dos Parashiot del Libro de Shmot – Exodo. Libro que nos ha narrado la historia del pueblo de Israel, desde su estado de esclavos, hasta lograr la libertad permanente y duradera para el resto de nuestros días. Sin embargo, más allá de todas las historias y acontecimiento sucedidos a lo largo de todo este libro, en sus dos Parashiot finales, encontramos nuevamente un suceso que llama muchísimo la atención, y que obviamente intenta dejarnos una enseñanza muy importante.

En Parashat Vaiekel-Pekudei, encontramos un hecho pocas veces visto y escuchado. La lectura estará dedicada a una especie de recuento de los elementos donados por el pueblo para la construcción del Mishkan. Una extensa lista que se basa en un minucioso detalle de quienes debían aportar, en qué cantidad, que materiales y demás cuentas que se realizaron. Lo extraño en todo este recuento de inventario no fue la especificación de dichos elementos, sino que después de hacer el balance correspondiente de los elementos y materiales con que se contaban, Moshé Rabeinu tuvo que pedirle al pueblo que paren de donar. Si, si, leyeron bien!!! Algo realmente inusual, y que pocas veces uno llega a escuchar. Cuando alguien escucho que se diga: basta, con lo recaudado ya es más que suficiente! No es necesario seguir juntando más!

Yo personalmente no tuve la suerte de poder escuchar dichos comentarios. Sin embargo, en la época del desierto ocurrió y no fue un espejismo. Los elementos, joyas, y materiales donados, llegaron a un punto que sobraban, y se les pidió al pueblo que no traigan más.
Obviamente la pregunta que surge es muy sencilla, y todos debemos pensar lo mismo: ¿Cómo pudo haber ocurrido esto? ¿Por qué hoy en día esto no ocurre? Y es más, ¿Por qué es tan difícil conseguir donaciones para nuestras Sinagogas?

Respuesta a estas preguntas es muy difícil de darlas, sin embargo de algo estoy seguro y es que el Pueblo Judío sigue existiendo gracias a que hay Sinagogas que se mantienen en pie, por la ayuda de todos aquellos que creemos que vale la pena seguir adelante, construyendo siempre, y apostando a un futuro mejor. Quien sabe… si fueran más los aportes… seguramente serian más las cosas que se puedan hacer, y por qué no, en una de esas, tal vez lleguemos al día en que podamos decirle a nuestra gente, así como le dijo Moshé al pueblo, “Ya está bien, con lo que han aportado, es suficiente”.

Quiera D´s que en este Shabat HaJodesh, Shabat anterior al comienzo de Jodesh Nisan, el mes de Jag HaPesaj, podamos todos juntos seguir construyendo Sinagogas, para que este Pueblo milenario perdure por siempre y para siempre.

Shabat Shalom Umeboraj
Rab. Ari Oliszewski