viernes, 30 de octubre de 2009

Reflexiones sobre la Parasha

Parashat Ha-Shavua: Lej Leja - לך-לך
Comentario del Rab. Ari Oliszewski
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Una gran recompensa nos está esperando…
Este Shabat leeremos en nuestras sagradas el comienzo de la vida de nuestros patriarcas, y como no puede ser de otra forma, se comienza narrando la historia de Abraham Abinu, quien decide dejar la casa de su padre Teraj, quien se dedicaba a la construcción de estatuas e ídolos para ritos paganos.
En una conversación con D´s, este le dice a Abram (y no Abraham, ya que luego cambiara su nombre por Abraham), que debe abandonar la casa en donde nació, y dirigirse hacia una tierra que El le otorgará.
Es así que nuestro primer patriarca abandona su casa, y confía en D´s siguiendo sus indicaciones, emprendiendo camino hacia la Tierra Prometida.
Sin embargo no es el único momento a lo largo de la Parashá en la que Abram confía en D´s, ya que también fue así cuando, ya con 99 años de edad D´s le pide que se circuncide y también lo haga con su hijo Ismael de 13 años de edad, solicitud a la que también accede, y es bendecido con una gran descendencia.
De esta forma la Parashá esta semana nos deja una gran enseñanza, y está basada nada más y nada menos en el hecho de “confiar”. Confiar y saber que si cumplís con lo que D´s te pide que hagas, luego vas a ser recompensado.
Abram recibió como recompensa tener otro hijo, y de el formar una gran nación, que es este pueblo milenario.
Nosotros como sucesores de esta gran bendición tenemos también una misión, y es la de continuar con el pacto que comenzó Abram hace tantos miles de años, y que posibilitó, más allá de los obstáculos que fueron sorteando, y que golpearon muy de cerca al pueblo judío, es que debemos seguir confiando y creyendo en la Torá, las Mitzvot, y tener “FE”, sabiendo que si nosotros nos guiamos por los caminos que D´s nos propone, obrando siempre a favor del bien, seremos bendecidos.
Abram, nuestro primer patriarca, sorteó grandes obstáculos, sin embargo, la confianza que el demostró, fue lo que le posibilitó formar una gran familia, una gran nación, un gran pueblo.
Nosotros somos herederos de esta historia, y como tales, no podemos hacer oídos sordos a la misma. Es nuestra responsabilidad, así como la tuvieron Itzjak y Iaacov, poder continuar y seguir transmitiendo lo importante de confiar en D’s, seguir los principios de la Torá, y por sobre todas las cosas, disfrutar del hecho de pertenecer a este pueblo milenario, que día a día, y en cada momento de nuestras vidas, nos regala un instante de regocijo para que disfrutemos de aquellas tradiciones y costumbres milenarias.
Quiera D´s que en este Shabat Kodesh, podamos todos aprender de Abram, quien confió en D´s, y El lo recompenso, con la mejor de las bendiciones, que es la de construir una gran nación, la cual anhela con todo su ser vivir en un mundo en donde la paz, el amor y la solidaridad, sean los valores principales que imperen en los corazones de las personas.

Shabat Shalom Umeboraj
Rab. Ari Oliszewski

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