miércoles, 10 de febrero de 2010

Reflexiones sobre la Parasha

Parashat Ha-Shavua : Mishpatim - Leyes (Shabat Shkalim)
El rico no dará más y el pobre no dará menos, de medio shekel

En esta semana comenzamos con una larga travesía espiritual hasta llegar a Jag Hapesaj. Obviamente pasando antes por Jag Purim, en donde nos regocijaremos y alegraremos en función al milagro ocurrido con el pueblo de Israel, el cual, gracias a Esther, fue salvado de la aniquilación.
Sin embargo, como mencionaba al en el comienzo, este es un Shabat especial, ya que además de leer Parashat Mishpatim, sección de la Torá que corresponde a esta semana, leeremos de un segundo Sefer, Parashat Shekalim, la primera de una serie de cuatro parashiot antes de Pesaj.
Es costumbre, comenzar en el Shabat anterior al comienzo del mes de Adar, mes de Jag Purim, la lectura de estas cuatro parashiot, comenzando con Parashat Shekalim.
Y que es lo que la Torá nos va enseñar? En Parashat Shekalim, leeremos que el pueblo de Israel, estaba obligado a hacer una donación para el Santuario. Claro, la pregunta es cuanto se debía donar? Y la respuesta por más simpática que parezca es real, se debía donar “Machatzit Hashekel”, la mitad del valor de un shekel. Suma que realmente puede ser considerada irrelevante, pero que era exigida a todo el pueblo que contribuya.
Media medida de la moneda de la época, era tan solo lo que se pedía de la gente. Una mínima contribución que todos deberían hacer, sin importar cuál era su condición económica o social, así lo expresa el Pasuk: “El rico no dará más y el pobre no dará menos, de medio shekel.” (Shemot 30:15).
Esta iniciativa que podemos percibir en el texto, es justamente por dos motivos fundamentales. El primero, para que nadie se sienta discriminado, y que todos puedan donar. Y la segunda, para que todos puedan disfrutar del privilegio de cumplir con esta Mitzvá tan importante, como lo es la Tzedaká.
No solo aquel que tiene dinero, aquel que también recibe Tzedaká para vivir, tenía que donar Machatzit Hashekel. Nadie se puede perder ese privilegio, y ese honor.
Saber que se puede ayudar al prójimo, es uno de los privilegios mayores que tenemos en nuestras vidas, y que muchas veces no le prestamos atención.
En muchas oportunidades pensamos que si no nos sobra dinero, como vamos a hacer Tzedaká. Y es justamente ahí donde radica el mayor de los errores. No solo aquel que tiene un poco más debe dar, sino todos, ya que esta Mitzvá, nos incluye a todos. No siempre la Tzedaká viene de la mano del dinero. Hacer Tzedaká es poder escuchar a quien lo necesita, hacer Bikur Cholim, ayudar en la Comunidad, prestar una mano para la realización de un proyecto. Hay muchas formas de poder ayudar y ser solidario. Y también, lamentablemente, hay muchas formas de cerrar nuestros oídos y ojos, para ver y escuchar a aquel que nos necesita.
Quiera D’s que en este Shabat Kodesh, podamos encontrar la forma de ser más solidarios, sabiendo que así como lo dicen nuestros Jajamim, todo aquello que brindamos desinteresadamente y con felicidad a nuestros semejantes, luego nos será devuelto con creces.
Shabat Shalom Umeborach
Rab. Ari Oliszewski

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