Parashat Ha-Shavua: Ekev - פרשת השבוע: עקב
Comentario semanal del Rab. Ari Oliszewski
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HAKOL TZAFUI VEHARESHUT NETUNA
Esta semana leemos en la Torá acerca de uno de los conceptos más importantes que debería tener todo ser humano, y que en la gran mayoría de los casos, parecería como si nos hubiéramos olvidado del mismo. La Parashá de esta semana nos trae aquel relato en el que Moshé previene al pueblo acerca de sus pensamientos.
Al parecer Moshé tenía miedo de que el pueblo una vez ingresados a la Tierra Prometida comiencen a pensar y actuar basados en el sentimiento de creer como si hubieran sido ellos quienes lograron superar todos los obstáculos hacia la libertad, olvidando que todo fue factible, pura y exclusivamente gracias a la ayuda Divina, que en todo momento los acompañó y los acompaña. Estas enseñanzas de nuestro gran maestro, Moshé Rabeinu, al parecer hoy en día, en diversas oportunidades, encontramos como que quedaron olvidadas.
Esta semana leemos en la Torá acerca de uno de los conceptos más importantes que debería tener todo ser humano, y que en la gran mayoría de los casos, parecería como si nos hubiéramos olvidado del mismo. La Parashá de esta semana nos trae aquel relato en el que Moshé previene al pueblo acerca de sus pensamientos.
Al parecer Moshé tenía miedo de que el pueblo una vez ingresados a la Tierra Prometida comiencen a pensar y actuar basados en el sentimiento de creer como si hubieran sido ellos quienes lograron superar todos los obstáculos hacia la libertad, olvidando que todo fue factible, pura y exclusivamente gracias a la ayuda Divina, que en todo momento los acompañó y los acompaña. Estas enseñanzas de nuestro gran maestro, Moshé Rabeinu, al parecer hoy en día, en diversas oportunidades, encontramos como que quedaron olvidadas.
Una enseñanza de hace más de 3500 años, la cual nos instruye en el poder ser humildes, y reconocer nuestros límites, es fácilmente olvidada, y nos encuentra en una situación totalmente adversa. Fácilmente, día a día, podemos encontrarnos con personas que son arrogantes y soberbias, las cuales, además de estas cualidades, podemos ver como atribuyen logros a sus propias personas, cuando realmente no es así. O bien, muchas veces nos encontramos con aquellos que con el afán de sobresalir, constantemente se encuentran marcando y relatando sus logros y aciertos.
Nadie dice que está mal poder enorgullecerse de aquellas acciones que llevan a que una tarea o acto sea exitoso. Pero, si siempre tenemos la misma premisa en nuestros labios, ¿Cómo será la recepción de nuestro discurso para con la persona que nos escucha? O bien, ¿Qué sentimos nosotros cuando sabemos fehacientemente que el logro del cual se nos está hablando, realmente pertenece a otra persona, y aquel que lo está contando, no formo parte del mismo?
Estas actitudes de arrogancia, soberbia y querer sobresalir constantemente, llevan únicamente a generar asperezas entre las personas. Muy por el contrario de construir relaciones, obrar de esta forma, facilita el sentimiento de rechazo de la otra persona hacia nosotros.
Claramente la Torá esta semana nos está regalando nuevamente una enseñanza maravillosa, basada en la experiencia de Moshé Rabeinu, quien tranquilamente podría haber tomado esta actitud de vanagloriarse por haber sido el líder del pueblo desde la salida de Egipto hasta la llegada a Israel, sin embargo no fue así. En todo momento mostró una simpleza y humildad que ojala pudiéramos copiar. Siempre intentando transmitir al pueblo aquellas enseñanzas que les serán útiles para vivir de una forma más amena, solidaria, y de crecimiento.
A lo largo de la historia, muchos fueron los que nos enseñaron al respecto de esta actitud de humildad que todo ser humano debería poseer en todos sus actos. Estos sostienen que no hay nada peor en una persona que ser soberbio o arrogante, pero a su vez también nos enseñan que la humildad de todo hombre es la mejor virtud que puede tener.
Moshé quiso inculcarle esta cualidad al pueblo, que sean humildes y no crean que fueron ellos los que conquistaron la tierra de Israel por sus propios medios.
“Rabí Akiva en Pirkei Avot dijo: HAKOL TZAFUI VEHARESHUT NETUNA. UBETOB HAOLAM NIDON, VEHAKOL LIFNEI ROB HAMAHASE” “Todo esta previsto pero el hombre tiene el libre albedrío; el mundo es juzgado con benevolencia, pero todo depende de la mayoría de nuestras acciones."
Si logramos actuar con humildad, dejando la soberbia y arrogancia de lado, contagiando así a nuestros semejantes, seguramente estaremos contribuyendo mucho en este Tikún Olam, corrección del este mundo tan maravilloso en que vivimos, y que tanta falta le hace tener actitudes menos engreídas y arrogantes.
Quiera D's que en este Shabat Kodesh podamos tomar el ejemplo de Moshé, aprendiendo de sus enseñanzas, y así lograr decidir que estilo de personas queremos ser, sabiendo que todas nuestras acciones, no solo repercuten en nosotros, sino también en aquellos con los que interactuamos.
Nadie dice que está mal poder enorgullecerse de aquellas acciones que llevan a que una tarea o acto sea exitoso. Pero, si siempre tenemos la misma premisa en nuestros labios, ¿Cómo será la recepción de nuestro discurso para con la persona que nos escucha? O bien, ¿Qué sentimos nosotros cuando sabemos fehacientemente que el logro del cual se nos está hablando, realmente pertenece a otra persona, y aquel que lo está contando, no formo parte del mismo?
Estas actitudes de arrogancia, soberbia y querer sobresalir constantemente, llevan únicamente a generar asperezas entre las personas. Muy por el contrario de construir relaciones, obrar de esta forma, facilita el sentimiento de rechazo de la otra persona hacia nosotros.
Claramente la Torá esta semana nos está regalando nuevamente una enseñanza maravillosa, basada en la experiencia de Moshé Rabeinu, quien tranquilamente podría haber tomado esta actitud de vanagloriarse por haber sido el líder del pueblo desde la salida de Egipto hasta la llegada a Israel, sin embargo no fue así. En todo momento mostró una simpleza y humildad que ojala pudiéramos copiar. Siempre intentando transmitir al pueblo aquellas enseñanzas que les serán útiles para vivir de una forma más amena, solidaria, y de crecimiento.
A lo largo de la historia, muchos fueron los que nos enseñaron al respecto de esta actitud de humildad que todo ser humano debería poseer en todos sus actos. Estos sostienen que no hay nada peor en una persona que ser soberbio o arrogante, pero a su vez también nos enseñan que la humildad de todo hombre es la mejor virtud que puede tener.
Moshé quiso inculcarle esta cualidad al pueblo, que sean humildes y no crean que fueron ellos los que conquistaron la tierra de Israel por sus propios medios.
“Rabí Akiva en Pirkei Avot dijo: HAKOL TZAFUI VEHARESHUT NETUNA. UBETOB HAOLAM NIDON, VEHAKOL LIFNEI ROB HAMAHASE” “Todo esta previsto pero el hombre tiene el libre albedrío; el mundo es juzgado con benevolencia, pero todo depende de la mayoría de nuestras acciones."
Si logramos actuar con humildad, dejando la soberbia y arrogancia de lado, contagiando así a nuestros semejantes, seguramente estaremos contribuyendo mucho en este Tikún Olam, corrección del este mundo tan maravilloso en que vivimos, y que tanta falta le hace tener actitudes menos engreídas y arrogantes.
Quiera D's que en este Shabat Kodesh podamos tomar el ejemplo de Moshé, aprendiendo de sus enseñanzas, y así lograr decidir que estilo de personas queremos ser, sabiendo que todas nuestras acciones, no solo repercuten en nosotros, sino también en aquellos con los que interactuamos.